En medio de un país donde los datos de violencia suelen encabezar las noticias, Zacatecas da un giro inesperado: en los primeros seis meses de 2025, logró reducir en 61.2% los homicidios dolosos, convirtiéndose en el estado con mayor descenso en asesinatos a nivel nacional. Este logro fue subrayado por la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia matutina, donde colocó al estado como un caso de éxito en su modelo de pacificación.
Pero ¿cómo pasó Zacatecas de ser uno de los focos rojos del crimen organizado en 2021 a una entidad con cifras históricamente bajas? La respuesta no se encuentra en un solo lugar, sino en una estrategia de seguridad que combina fuerza, inteligencia y atención social, articulada desde el Gobierno Federal y ejecutada en estrecha coordinación con el gobernador David Monreal Ávila.
Desde 2021, Zacatecas era sinónimo de crisis: enfrentamientos entre grupos criminales, desapariciones y una percepción de inseguridad que marcaba la vida diaria. Hoy, el panorama es diferente. En junio de 2025, solo se registraron 10 homicidios en todo el estado, una cifra impensable hace unos años. Si se compara con el mismo mes en 2021, la reducción alcanza el 87%.
Esto no se logró únicamente con más patrullas o retenes. La estrategia tiene cuatro pilares: atención a las causas sociales, como el fortalecimiento de programas de bienestar; mejoramiento de las fuerzas de seguridad, con apoyo a la Guardia Nacional y corporaciones estatales; uso de inteligencia e investigación para actuar con precisión; y una coordinación interinstitucional sólida, con participación activa de Sedena, Semar, FGR y gobiernos locales a través de la Mesa de Construcción de Paz.
Uno de los efectos más visibles de esta transformación es la recuperación de la vida comunitaria. En municipios como Fresnillo, que encabezó por años los rankings de percepción de inseguridad, hoy se vive una recuperación paulatina de la confianza. La Encuesta Nacional de Seguridad Urbana del INEGI muestra una mejora constante en este indicador, mientras que la inversión privada y el turismo comienzan a regresar.
Pese a estos avances, tanto Sheinbaum como Monreal insisten en que la tarea no está terminada. La presidenta subrayó que “la seguridad no se resuelve con discursos, sino con estrategia y trabajo diario”. Por eso, el Gobierno federal seguirá reforzando las acciones contra delitos como la extorsión y el narcomenudeo, sin dejar de lado los programas sociales que atacan la raíz del problema.
Zacatecas representa un nuevo modelo de seguridad: uno que no separa la fuerza pública de la justicia social. Si este modelo se sostiene en el tiempo y logra replicarse en otras regiones del país, México podría empezar a cambiar su narrativa sobre la violencia.