Los colibríes son considerados unas de las aves más fascinantes y bellas del planeta. Su plumaje brillante y su vuelo veloz los convierten en visitantes muy especiales para cualquier jardín. Además de su belleza, en diversas culturas, especialmente en México, se les atribuye un profundo simbolismo: se cree que son mensajeros de buenas noticias y, en algunas tradiciones ancestrales, representan la presencia de seres queridos que ya no están en este plano.
Más allá de la espiritualidad, estas aves también son impresionantes por su biología. Debido a su acelerado metabolismo, necesitan alimentarse cada 15 o 20 minutos, lo que los convierte en visitantes constantes cuando encuentran flores que les proporcionen néctar. Los machos suelen defender con fuerza sus territorios florales, mientras que las hembras han desarrollado la sorprendente habilidad de modificar su apariencia para evitar agresiones, como lo documentó la revista Current Biology en un estudio reciente.
Las tres plantas favoritas de los colibríes
Si quieres que los colibríes visiten tu hogar todos los días, basta con colocar en tu ventana o jardín estas tres plantas que los atraen de manera natural:
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Muicle (Justicia spicigera): Arbusto originario de México y extendido hasta Colombia. Puede crecer entre 1 y 1.5 metros de altura y produce flores en tonos anaranjados o rojos pálidos. Es resistente, se adapta bien a climas cálidos y secos, y es un verdadero imán para los colibríes.
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Mirto: Planta originaria de América que crece desde Brasil hasta el sur de Estados Unidos. Es muy adaptable, tolera distintos tipos de suelo y condiciones climáticas, lo que la convierte en una gran opción para espacios urbanos y rurales por igual.
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Aretillo (Fuchsia spp.): Arbustos que incluyen entre 100 y 110 especies nativas de América y Oceanía. Sus flores colgantes, de colores que van del blanco al rojo y morado, resultan irresistibles para los colibríes y son una excelente fuente de alimento.
Un jardín lleno de vida
Además de embellecer tu hogar, cultivar estas plantas es una forma de apoyar a la conservación de estas aves, que cumplen un papel esencial en la polinización. Con solo elegir las especies adecuadas, tu ventana puede transformarse en un punto de encuentro con la naturaleza, lleno de color, movimiento y energía positiva.