En la cocina mexicana, nada se desperdicia. Ni siquiera los hilos dorados que recubren al elote, conocidos como pelo de elote o “xilote”. Aunque comúnmente se tiran, en muchas comunidades rurales y hogares con fuerte arraigo a la medicina tradicional, estos finos filamentos son el ingrediente principal de una infusión con siglos de historia y usos curativos.
El té de pelo de elote —también llamado té de barba de maíz— forma parte del repertorio de remedios caseros heredados de generación en generación. Más allá del folclore, su consumo sigue vigente, tanto en zonas rurales como urbanas, y ha ganado cierta atención entre quienes prefieren lo natural antes que los fármacos para aliviar malestares.
Un remedio de raíz indígena
Desde tiempos prehispánicos, el maíz ha sido más que un alimento: es símbolo, sustento y medicina. Cada parte de la mazorca ha tenido un uso: grano, olote, hoja… y también los pelos. El té que se elabora con ellos ha sido utilizado tradicionalmente para tratar infecciones urinarias, cólicos, inflamación y problemas digestivos.
La principal virtud que se le atribuye es su efecto diurético suave. Esto significa que ayuda a aumentar la cantidad de orina que el cuerpo produce, algo útil en casos de infecciones urinarias leves, inflamación de vías urinarias o incluso para facilitar la expulsión de pequeños cálculos renales. También se dice que reduce la hinchazón abdominal y alivia la pesadez estomacal.
¿Qué dice la ciencia?
Aunque la investigación aún es limitada, algunos estudios han identificado compuestos bioactivos en el pelo de elote, como flavonoides, taninos y saponinas, que tendrían efectos antioxidantes y antiinflamatorios. En estudios con animales se ha observado cierta protección hepática y mejora en parámetros digestivos, aunque aún falta evidencia sólida en humanos para confirmar estos beneficios.
Cómo se prepara el té de pelo de elote
Su preparación es sencilla. Se recomienda usar pelos frescos y limpios, no secos ni contaminados. Se hierve un puñado en un litro de agua durante 5 a 10 minutos, se deja reposar y se cuela. Puede tomarse caliente o frío, solo o con un poco de miel. Algunas personas lo mezclan con hierbas como manzanilla o hierbabuena, pero si se busca su efecto medicinal, es mejor tomarlo solo.
No obstante, se recomienda precaución. Personas con enfermedades renales, que toman anticoagulantes o diuréticos, deben consultar a su médico antes de consumirlo. Además, como todo en exceso, su abuso puede causar efectos adversos como diarrea o malestar estomacal.
Un vínculo entre salud, historia y naturaleza
El té de pelo de elote es un ejemplo de cómo los saberes tradicionales pueden ofrecer soluciones simples y accesibles, especialmente en comunidades con acceso limitado a servicios médicos. Pero también nos recuerda que la sabiduría ancestral merece ser observada con respeto y también con mirada crítica, para comprender sus alcances reales.
Lo que para algunos es un simple desecho, para otros es medicina, historia viva y memoria de quienes han sabido curarse con lo que da la tierra. Probar esta infusión puede ser un pequeño acto de reconexión con nuestras raíces, una forma de sanar sin olvidar de dónde venimos.