Fin de año en México: tradiciones, rituales y esperanza colectiva

Por Juan Pablo Ojeda

 

La celebración de fin de año en México es mucho más que una cuenta regresiva. Es un momento cargado de simbolismos, rituales y emociones que combinan la convivencia familiar con la esperanza de un nuevo comienzo. Entre cenas, abrazos y fuegos artificiales, millones de personas despiden el año viejo con tradiciones que reflejan la diversidad cultural del país.

En la mayoría de los hogares, la noche del 31 de diciembre se vive alrededor de la mesa. Los platillos varían según la región, pero no faltan recetas emblemáticas como el bacalao, los romeritos, el pavo o los tamales. La cena es el pretexto para reunirse, hacer un balance del año que termina y compartir deseos para el que está por comenzar.

Uno de los rituales más arraigados es el de las 12 uvas. Al sonar cada campanada, se come una uva y se pide un deseo, una costumbre que llegó de España y que con el tiempo se volvió parte inseparable de la celebración mexicana. A esta tradición se suman otras prácticas populares, como usar ropa interior de ciertos colores —rojo para el amor, amarillo para la prosperidad— o barrer la casa para “sacar” las malas energías.

En muchas ciudades y pueblos, el fin de año también se vive en el espacio público. Plazas, calles y miradores se llenan de gente que espera la medianoche para brindar y recibir el año nuevo. Los fuegos artificiales, pese a los llamados a reducir su uso por razones ambientales y de seguridad, siguen siendo parte del paisaje sonoro y visual en buena parte del país.

Más allá de las creencias, el cierre del año tiene un fuerte componente emocional. Para muchas familias, es un momento de reflexión, agradecimiento y memoria por quienes ya no están. En un país marcado por desafíos económicos y de seguridad, el fin de año se convierte también en un ejercicio colectivo de resiliencia y optimismo.

Con el primer abrazo del año nuevo, México renueva una tradición que mezcla lo religioso, lo popular y lo cotidiano. El fin de año no solo marca el cierre del calendario, sino la oportunidad de empezar de nuevo, con la esperanza de que los próximos meses traigan salud, trabajo y tranquilidad.

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