El amor no es suficiente: cinco razas de perros que exigen más de lo que imaginas

Adoptar un perro es una de las decisiones más gratificantes, pero también una de las más complejas. Va mucho más allá de elegir al compañero más adorable; se trata de asumir una responsabilidad de años que demanda tiempo, recursos económicos y una adaptación del estilo de vida. La romantización de ciertas razas en redes sociales y medios ha ocultado una verdad incómoda: no todos los perros son aptos para todos los dueños. El veterinario sudafricano Amir Anwary se ha propuesto derribar estos mitos con una honestidad brutal. En un video de TikTok que acumula más de 153.000 ‘me gusta’, este profesional, que trabaja a diario con realidades caninas, enumera cinco razas que, por su genética, carácter o necesidades médicas, no recomendaría personalmente a la mayoría de las personas. Su mensaje central es claro: elegir una raza por su estética o popularidad, sin considerar sus exigentes requisitos, es un error que pagan tanto el dueño como el animal.

Encabezando su lista, el perro salchicha sorprende a muchos por su inclusión. Anwary reconoce su encanto y afecto, pero alerta sobre un temperamento testarudo y una propensión a ladridos persistentes y ansiedad por separación severa. Sin embargo, el mayor desafío es médico: su fisonomía alargada y patas cortas los hace extremadamente susceptibles a la Enfermedad del Disco Intervertebral (IVDD), una condición discal dolorosa y potencialmente paralizante. Su manejo exige una supervisión constante para evitar el sobrepeso y restringir actividades como saltar al sofá o subir escaleras, acciones cotidianas que pueden desencadenar una emergencia veterinaria.

En segundo lugar, el bulldog francés, emblema de la moda canina urbana, es descrito por Anwary como una «adorable y pequeña abominación». Esta contundente frase resume la cruda realidad genética de la raza. Criados selectivamente para acentuar sus rasgos planos, son visitantes habituales de las clínicas por problemas respiratorios (síndrome braquicefálico), dermatológicos, y de columna y articulaciones. El veterinario es categórico: «Jamás tendría uno». La combinación de un precio de compra desorbitado y unos gastos médicos perpetuos los convierte en una carga económica y emocional que muchos propietarios no prevén.

El listado da un giro hacia el extremo opuesto de la energía con el pastor belga malinois. Anwary lo define no como un perro, sino como una «máquina». Su necesidad de estimulación física y mental es absoluta; requieren un trabajo a tiempo completo. Sin ello, desarrollan rápidamente ansiedad, aburrimiento y comportamientos destructivos. Son perros de trabajo de alto rendimiento, criados para pastoreo, guardia y empleo en fuerzas policiales y militares. Adoptar un malinois como mascota de compañía sin un plan exhaustivo de actividad y entrenamiento es, en palabras del experto, una receta para el fracaso.

De manera similar, el border collie comparte este requerimiento de alta intensidad. Anwary lo compara de forma gráfica con «tener TDAH en forma de perro». Su mente brillante necesita constantemente tareas que realizar, espacio para correr y problemas que resolver. Esta raza, legendaria por su capacidad de pastoreo, no está diseñada para una vida sedentaria. La frustración por falta de desafíos los lleva a canalizar su energía de formas indeseables, como excavar, morder muebles o volverse reactivos, desbordando la capacidad de manejo de dueños sin la experiencia o el tiempo necesario.

La inclusión más reveladora es, quizás, la del golden retriever, el arquetipo del perro familiar perfecto. ¿Qué podría tener de malo? Anwary señala un rasgo subestimado: un apetito insaciable y una predisposición genética a la obesidad. Su naturaleza voraz los lleva a comer cualquier cosa a la vista, una combinación peligrosa con dueños indulgentes con las golosinas. La batalla constante por controlar su dieta y peso no es solo una cuestión de estética, sino de salud, ya que la obesidad canina acarrea graves problemas articulares, cardíacos y reduce la esperanza de vida. Su popularidad es, irónicamente, su mayor enemigo, ya que muchos los eligen sin estar preparados para la férrea disciplina alimentaria que requieren.

La conclusión del Dr. Anwary no es disuadir de la tenencia de perros, sino abogar por una elección informada y consciente. La decisión debe basarse en una investigación exhaustiva y en la honestidad para evaluar el propio estilo de vida, recursos y nivel de compromiso. El amor por los animales es fundamental, pero, como demuestran estas cinco razas, a veces el amor simplemente no es suficiente para suplir sus complejas necesidades.

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