Por Bruno Cortés
El diputado Elías Lixa Abimerhi, coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, lanzó un mensaje que va directo al corazón del debate político actual: las reformas constitucionales no deben aprobarse “al vapor”. En palabras simples, el panista pidió que se tomen las cosas con calma y se estudien a fondo los efectos que podría tener la revocación de mandato, una figura que permite a los ciudadanos quitarle el cargo al presidente antes de que termine su periodo.
Lixa insistió en que este tipo de cambios deben analizarse con “profundidad y sin prisas”, porque no se trata de una ley cualquiera, sino de una reforma que toca directamente los derechos ciudadanos. Explicó que, según el reglamento interno de la Cámara, los dictámenes deben circular con al menos cinco días de anticipación para que todos los diputados puedan revisarlos, algo que —dijo— no se cumplió en este caso. Para él, respetar los tiempos legales no es un capricho, sino una forma de asegurar que cada partido pueda aportar y debatir con claridad.
Además, recordó un punto polémico: actualmente, si una revocación de mandato prospera, es el Congreso quien decide quién ocuparía la Presidencia de la República, algo que —según el PAN— debería decidir directamente el pueblo. “Desde hace seis años lo dijimos: si se va el presidente, que sea la gente la que elija al sustituto”, enfatizó Lixa, retomando un viejo debate sobre la representatividad y la participación ciudadana.
El legislador también aprovechó el encuentro con medios para hablar del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, anunciado por el gobierno federal como una estrategia para reducir la violencia en el estado. Lixa fue tajante: “No puede haber plan sin dinero”. Dijo que lo presentado por el Ejecutivo es más un discurso de buenas intenciones que una política pública real, pues no se destinaron recursos adicionales para implementarlo. Según explicó, lo que el gobierno hizo fue sumar programas ya existentes y presentarlos como parte del nuevo plan, sin aumentar el presupuesto.
El PAN había propuesto, durante la discusión del Presupuesto de Egresos, asignar al menos 10 mil millones de pesos adicionales para Michoacán. Esa reserva fue rechazada por la mayoría. Para Lixa, sin dinero nuevo no puede haber resultados nuevos. “Queremos que las policías municipales, estatales y las comunidades tengan recursos reales para enfrentar la violencia, no promesas”, señaló.
El diputado recordó que su bancada presentó un paquete de reasignaciones por más de 430 mil millones de pesos, basado en los ingresos excedentes por petróleo y otras fuentes que, según ellos, el gobierno subestima año tras año. Con ese dinero, argumentó, se podrían atender emergencias en Michoacán y en otros estados que enfrentan crisis de seguridad o desastres naturales como Veracruz, Hidalgo, Puebla o San Luis Potosí, donde miles de familias aún esperan apoyo.
“Primero está la vida”, resumió Lixa. Su mensaje fue claro: mientras el gobierno habla de nuevos programas, la gente sigue esperando acciones concretas. Dijo que el PAN mantiene su voluntad política para apoyar cualquier estrategia de pacificación, pero advirtió que sin recursos ni coordinación local, cualquier plan se queda en el papel.
El diputado también aprovechó para expresar su pésame a la presidenta de la Cámara, Kenia López Rabadán, por el fallecimiento de su hermano, y aclaró que se encuentra bien tras un accidente de tránsito en Mérida, del cual no hubo lesionados.
La postura de Lixa refleja el tono que el PAN quiere imprimir en esta etapa legislativa: diálogo, análisis y exigencia de resultados reales, sobre todo en temas de seguridad y derechos ciudadanos. En otras palabras, menos anuncios y más acción.
