En el corazón de Michoacán, entre antiguos vestigios volcánicos y leyendas purépechas, se encuentra uno de los paisajes más bellos de México: el Lago de Camécuaro. Este espejo de agua de tonalidades azul turquesa no sólo ofrece paisajes dignos de postal, sino también la oportunidad de nadar, remar y acampar entre ahuehuetes centenarios, todo dentro de un entorno protegido como Parque Nacional.
Ubicado en el municipio de Tangancícuaro de Arista, el Lago de Camécuaro es un cuerpo de agua alimentado por manantiales provenientes del Cerro de la Cruz. La zona forma parte de la Faja Volcánica Transmexicana, una región geológica que, millones de años atrás, fue moldeada por intensa actividad volcánica. Hoy, esas rocas basálticas conforman la base de un ecosistema vibrante que ha prosperado gracias a la combinación de agua pura, vegetación exuberante y la protección ambiental que comenzó oficialmente en 1940, cuando el presidente Lázaro Cárdenas lo declaró Parque Nacional.
Más allá de su belleza natural, Camécuaro guarda un profundo valor cultural. Durante la época prehispánica, el lago fue considerado un lugar sagrado por los purépechas. Su nombre significa “lugar de baño” y una leyenda local cuenta que fue creado por las lágrimas de una princesa indígena, cuya tristeza por un amor imposible dio vida al lago cristalino.
El paisaje en Camécuaro parece salido de un cuento. Sus aguas limpias reflejan las copas de sabinos monumentales, envueltos en neblina por las mañanas y bañados por el sol en las tardes. Gracias a su conservación, el lago alberga una rica biodiversidad y una amplia gama de actividades recreativas y educativas.
El parque está abierto de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas, y la zona de campamento abre a partir de las 19:00 horas. El costo de entrada general es de 30 pesos, aunque los residentes de Tangancícuaro pueden ingresar gratis con identificación oficial. Los menores de 6 años no pagan entrada.
Entre las actividades que se pueden disfrutar están los paseos en bote (350 pesos por embarcación de hasta 6 personas, con remos y chalecos incluidos), la natación en zonas seguras, recorridos por senderos naturales, buceo recreativo, actividades culturales, reforestación ambiental, zonas de comida y la posibilidad de acampar por 100 pesos por persona, con acceso a sanitarios e iluminación.
Durante el verano, las visitas aumentan por las condiciones favorables del clima. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha impulsado prácticas de manejo sostenible en el parque, permitiendo que la experiencia turística no comprometa el equilibrio ecológico.
Camécuaro es mucho más que un lago hermoso: es un sitio lleno de historia, biodiversidad y armonía natural, ideal para desconectarse, explorar y disfrutar de una de las joyas ocultas de Michoacán. Ya sea para nadar entre árboles milenarios, remar en aguas color esmeralda o dormir bajo un cielo estrellado, este rincón del occidente mexicano ofrece una experiencia inolvidable.